viernes, 21 de diciembre de 2007

Hablar Bien

Recuerdo tardes de tomar café, de hablar, de ir poco a poco hilvanando diferentes temas, casi al azar, para prolongar la conversación, la charla, el momento de disfrutar del aire del mar, casi sin nada más que hacer que dejar pasar el tiempo, mientras tomamos café.

Recuerdo a 1 amig@, que en vez de café, prefería tomar té.
Decía que el té, si se prepara bien, solo se puede preparar de una forma, la correcta, la adecuada, como el había aprendido a tomarlo, y era motivo habitual de "disputa", ver que solo en ocasiones le servían el té como lo deseaba.

Yo sin embargo, cuando pido un café, pido como lo quiero, de forma concreta, y casi casi "inequívoca". Me lleva un poco más de tiempo, y en ocasiones, quien me atiende, quien toma el pedido, me mira como si quisiera decir "Que es lo que me está pidiendo". Y sí, en la mayoría de las ocasiones me sirven el café como lo había pedido. En las contadas ocasiones que no lo consigo, tengo la posibilidad de recordar "Qué" había pedido, y por lo tanto, insistir en que me lo sirvan como debe ser, un buen café.

Recuerdo que en su trabajo, cuando tenía algún encargo por hacer, cuando intuía que podían "pedirle explicaciones", que le podían poner en un aprieto, sacaba una pequeña libreta y primero anotaba cada una de las cosas que le habían encargado, para acto seguido leer una a una las anotaciones que había hecho, y con una sonrisa "como pocas" preguntar : "Es esto lo que me han pedido?".

De esta forma tan sutil, tan artesanal, tenía la certeza de que a la vuelta, cuando regresara, no había forma de que le pudieran decir que se había equivocado

Algo de esa forma de ser, de ese 'saber' debe de habérseme 'pegado'.

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