jueves, 20 de diciembre de 2007

Visita de Medico

Así llamaban a las visitas para tomar café que hacía mi padre, "Visitas de médico", tal vez por la frecuencia con que las hacía, tal vez por lo bien aprovechaditas que eran, y para que negarlo, también por la brevedad de las mismas.

En algunas ocasiones me han dicho que Yo, cuando jovencillo "no calentaba silla". Bueno, la verdad es que la expresión que utilizan (a veces) hace referencia a una parte de la anatomía que puede resultar 'no apropiada' para esta web, algo así como "cul* inquieto" :-)

Esas visitas, las que eran solo para saludar, para tomar café, efectivamente eran cortas, casi lo justo de llegar, saludar, un poquito de "conversá", revolucionar a casi todo l@s que estaban más o menos cerca, tomar ese café, recién hecho, otro ratito más de charla, y notabas que andaba buscando la forma de decir "Hasta Después".
Entre una cosa y otra, podía ocupar media hora, tres cuartos, y en casos un poco excepcionales, puede que llegara a estar una hora.

Con esta forma peculiar de tomar café, de saludar, de hacer "Visitas de médico", a lo largo de la semana, tenía ocasión de hacer unas cuantas visitas, de saludar a l@s que tenemos la suerte de tenerle cerquita, de que nos anime ya sea las mañanas o las tardes.

Esos cafés eran cortitos, rápidos, cargados, casi casi recién hechos, con todo el aroma, con todo el sabor, con todo el calor que emana el café acabado de hacer, y por supuesto también con todo el "calor humano" que repartía en sus visitas.

Había incluso, quien le tenía reservada una taza, especial para Él, un poco más pequeña.

Diferente era cuando en vez de ser una visita de cortesía, era para ayudar, para echar una mano, para trabajar. En esas ocasiones, si no tenías cuidado, estaba desde antes del alba, hasta después de ponerse las gallinas. Y la misma 'jiribilla' que pone cuando solo está de visita, esa misma energía contagiaba cuando de trabajar se trataba.

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