miércoles, 19 de diciembre de 2007

Asi Tambien

Damos por 'probado' que la distancia más corta entre dos 'opiniones' es la línea recta, y sí, en muchas situaciones es así. Hay otros momentos en que merece la pena 'pararse', detenerse un poco a pensar, dedicar algo de tiempo en decidir que camino tomar, para partiendo del lugar donde estamos, llegar hasta donde queramos ir.

No se si decir "me enseñaron", o "lo aprendí", pero es cierto que casi siempre, busco la forma más directa para hacer lo que creo que debo de hacer. Sin embargo a veces, como vi hacer en ocasiones a mi padre, hay que buscar otra forma de llegar.

Por supuesto que para nada es igual, cuando lo conseguimos nosotr@s, que cuando nos damos cuenta de que nos acaban de hacer la misma "jugarreta" :-)

Hace un par de días, mientras hablo con 1 amig@, me comenta que sale de viaje, una semana o cosa así, y que está intentando evitar pagar por el aparcamiento del coche, en el aeropuerto, mientras esté de viaje. Me tuve que reír, cuando me dice que estaba pensando en dejar el coche cerca de donde trabajo, para que de esa forma, esté un poco más vigilado.
Hasta aquí, es más menos lógico el planteamiento. Es a partir de este momento cuando empiezo a reirme, casi casi a carcajadas, ya que está convencid@, de que le voy a permitir que regrese al Aeropuerto en Taxi. J*er, "Para que estam@s l@s amig@s".

En ese momento, apenas tengo información de cuando sale, de cuando va a regresar, y noto que está empezando a poner 'freno' a lo que me dice, a la información que quiero tener.

Dejé la conversación por imposible, hasta hoy.
Hablamos de otros temas, tomamos café, y poco a poco, como el agua se va minando por la talla, de igual forma que va destilando, así fue poco a poco dándome fechas y horarios. Con esta información en mi poder, re-tomé el tema, "Que se olvidara de volver en taxi al aeropuerto", y pobrecit@, intento hacer la misma jugada, decirme que con dejar el coche cerca, y no avisarme hasta estar en el Aeropuerto, era suficiente.

Que poquito me conoce. Que poquito le duró la alegría. Con una de mis mejores sonrisas (de quien habré aprendido) le digo que tiene 'solo' dos opciones, o me asegura que me avisará antes de traer el coche (nos conocemos lo suficiente como para saber que "Lo que decimos, Lo hacemos"), o voy a estar desde media hora antes de que salga de su casa, a eso de las 03.00 de la madrugada, para 'acompañarle' con el coche, primero hasta el Aeropuerto, luego hasta donde trabajo, y de esa forma, si le dejaré que vuelva en taxi al Aeropuerto.

No necesitó preguntarme si yo sería capaz de ir de madrugada, esperar que saliera, y hacer el trayecto, cada un@ en su coche. No hizo falta preguntarme, porque nos cocemos lo suficiente, de parte y parte, para saber que "Lo que decimos, Lo hacemos".
Menos mal que nos conocemos lo suficiente, porque ninguna gracia me hacía madrugar tanto ese día. Pero habría merecido la pena, verdad?

Hoy, como los demás días, el recuerdo de mi padre, también ha estado cerca de mí.

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