jueves, 13 de diciembre de 2007

Lluvia, Aguita de Mar

Esta mañana, al salir, estaba lloviendo, había llovido, las calles ligeramente húmedas, sin llegar a estar mojadas.
Nada más empezar a conducir, quise utilizar el limpia parabrisas, para tener un poco de visibilidad, para conducir bien, como debe ser.

Casi antes de accionar el mando, recordé que hace unos días me paso algo similar, y recordé también que todavía NO había vuelto a llenar el depósito del agua.
Se que no debo conducir así, por lo que a la vuelta de la esquina, en la primera tienda que encontré, compré una botella de agua, para aclarar el parabrisas y poder seguir.

En ese momento, de bajar del coche, pensar en lo que iba a hacer, comprar una botella de agua no para beber, sino para solucionar por la vía rápida lo que debía haber hecho días atrás, cuando me di cuenta de que no quedaba agua para limpiar el parabrisas.
No pude evitar sonreir, pensando en que Felipe, con quien aprendí a conducir, me estaba mirando, casi casi diciéndome, a ver si en la siguiente lo hacemos mejor.

Los fines de semana que pasaba por casa a descansar, a dormir, en ocasiones solo a visitarles, cuando sabía que habían pasado semanas sin que supieran de mi.
En algunos de esos fines de semana, que recalaba por el Hogar, al coger el coche para regresar, notaba que mi Padre, Felipe, sabiendo como soy, se había entretenido en limpiar el coche, como si fuera el suyo.

Voy a intentar, que para la próxima vez, no me tenga que decir "Eso no se debe hacer" :-)

No hay comentarios: