miércoles, 26 de diciembre de 2007

Asi aprendi

Uno de mis vicios reconocidos es el de conducir, y seguramente tuvo algo que ver, que cuando todavía yo no llegaba a los pedales del coche, me sentaba en sus rodillas, y me dejaba llevar el volante de aquel Austin 1100.
Seguramente, por todas aquellas tardes, que pasábamos por caminos de tierra, disfrutando los dos, él mientras se armaba de paciencia y me enseñaba lo que durante tanto tiempo había ido atesorando, y yo, mientras me empapaba del buen hacer de este amigo, mientras me esforzaba como pocas veces en hacer las cosas como él me explicaba.

Al carajo la pedagogía de hoy en día, juraito, y si alguien se siente molest@, le digo desde ya que no era mi intención, pero que puñetas, nada mejor que los métodos de aprendizaje de la época :-)

Cuando hacia las cosas bien, la recompensa era saber que a la vuelta, o al día siguiente, volvería a tener la oportunidad de hacer algo que pocas "personitas de mi edad" eran capaces, conducir un coche, y yo solito :-)
Llegar a casa, conduciendo, con este buen amigo a mi lado, pero tooooooooodo el coche para mi solito, saber que toda la chiquillería estaba mirando, y recorcomiéndose por dentro de envidia, no se si de la sana o de la otra, pero me daba igual.

Q cuando llegábamos, se bajara del coche, de la forma más natural, y simplemente me dijera 'guarda el coche en el garaje', mientras el se sentaba a hablar con 'la gente mayor', J*er, eso es de las cosas q no se olvidan nunca.

Cuando las cosas no salían bien, había 2 posibilidades, que fuera algo que no estaba al alcance de mi mano, una situación nueva, algo imprevisto, algo relativamente nuevo y que había aprendido hace poco. Si era esta la situación, aparecía una vez más su carácter bonachón, y me explicaba otra vez como hacerlo, como intentar tenerlo en cuenta en adelante.

Si por el contrario, la equivocación había sido por causa mí, Joooo, del coscorrón no me libraba nadie. Y no es que doliera, o por lo menos no en cuanto a dolor físico, porque apenas te rozaba el pelo, sino por darme cuenta de que no había hecho las cosas bien.

Una de estas ocasiones, J*er, me estoy riendo solo de recordarlo, fue una tarde, mientras conducía, todo contento, tan entusiasmado por estar haciendo las cosas bien, que me dejé llevar por la música que escuchaba en aquel momento en la radio del coche.
El pié derecho empezó a seguir el ritmo de la música :-)
Se imaginan el resto? El coche empezó a dar 'brincos' en la medida que iba pisando y soltando el acelerador. Por supuesto, se dio cuenta enseguida, me retiro con la mano izquierda el pie del acelerador, y de forma casi instantánea, coscorrón al canto :-)

De esta forma tan natural, "Quien no aprendía, es porque NO quería"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uhf, que bueno.
Es totalmente cierto enlo que cuentas de dichoso coscorrón,no dolía porque te lo diera sino porque te lo merecías, y lo sabías!!!.

Muchos tuvimos la suerte de tener a alguien que nos enseñaran así,buscando un ratito para estar,buscando un ratito para enseñarnos.

Sigue así deleitandon@s de las cositas lindas que escribes.

saludos